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viernes, 27 de febrero de 2009

16??

16 años...

16 años han pasado hasta hoy 27 - 02 - 2009 y se puede decir que ya tengo 17...

Amor:
* Nunca nadie me ha dicho "me gustas"
* La única vez que tuve un pseudo-amor de verdad resultó que ellá simplemente andaba con una depresión horrible y necesitaba cariño de quien fuera...
* Mi único noviazgo fue con intención de que retiraran una acusación en mi contra :/

Trabajo:
* Tuve un protagónico en teatro!! uiii!!

(... ah sigo luego...me quede sin tiempo en el ciber... snif!!)

domingo, 22 de febrero de 2009

La piedra de mi corazón

Una vez más el destino me sorprende con sus juegos, con otro más de sus planes. La verdad es que cuando entiendes que todo está conectado, la vida se hace mucho más entretenida y todas esas casualidades que nos llamaron la atención una vez, se vuelven unas preciosas e inigualables causalidades.

Les voy a contar lo que me pasó hoy. Me sentía atrapado, casi al borde del abismo. Y lo absurdo es que hace unos pocos días me sentía el tipo más feliz del mundo. Los motivos lamentablemente no los puedo contar.

Mi corazón estaba en una encrucijada tal que sentí el bárbaro aliento de la locura en mi hombro. Todo me parecía gris. Lo que hace unos días era el motivo para levantarme y luchar ahora era una maldición visible e irrevocable, ya no me podía hacer el ciego frente a una de las realidades más crudas de mi alma y simplemente mi corazón frágil e inmaduro se desgarró cruel.

Pude sentir una presión en el pecho que iba más allá de un simple quiebre emocional. Pude sentir el peso de la culpa haciéndome estremecer en espasmos leves y dolorosos.

Quería llorar, y sin embargo no podía. Así que me conformaba con intentar dormir, más tampoco podía.

Me conecté al Internet (lejos de mi casa), que es el medio a través del que comenzó a brotar aún todo este proceso de reencuentro conmigo mismo (ya que todo esto nació en la playa) y no aguanté más así que le conté todo a uno de mis contactos. Me dijo que no ganaba nada luchando contra algo que estaba fuera de mi alcance, que conservara la calma y que si no lo hacía me iba a obligar a ser feliz (en buena...). Le aseguré que así lo haría. Me desconecté y salí a la calle. Todo se veía como un callejón sin salida, un laberinto infame que amenazaba con cerrar sus muros invisibles y aplastar cada uno de mis órganos. La gente, la calle, todo era igual y sin embargo tan distinto. Miré rostros y el mío quería desmoronarse, todas mis energías fueron a parar quizás a donde y mi cuerpo quería caerse ahí, rendido sobre el suelo. Sentía que las lágrimas querían al fin salir, pero era mentira, mi rostro danzaba en muecas tontas, a ratos creí que quería reírse y ahí dudé totalmente de mi cordura. Sentí como la devastación y el miedo llenaban cada uno de mis espacios, pidiendo a gritos ayuda. Un psicólogo, una amistad que apareciera de pronto en el camino, un abrazo maternal; lo que sea, cualquier cosa que pudiera calmarme. Y sin embargo nada. Sentí como esa amiga fiel que me había llamado con el pensamiento aquella mañana me enviaba energías, y sin embargo era incapaz de recibirlas...

Sentí como la vida se me iba y vi venir autos. Pensé que a lo mejor todo sería más fácil si dejaba la tarea en manos de aquellas bestias metálicas, sin embargo fui incapaz de dar más de un paso en dirección a los vehículos.

Seguí mi ruta, horrorizado ante tanto caos en mi cabeza, quizás el más grande de mi vida. Entonces vi a un perro a lo lejos que me miraba con ojos desconfiados y con la columna asemejando a la pose aguerrida del lobo. Una parte de mí quería que la bestia acabara con todo, pero la parte más racional me hizo tomar dos piedras comunes y corrientes.

La bestia no hizo nada, la verdad es que ni siquiera se molestó en darme otra mirada amenazante, y lo más probable es que la pose de su columna se debía a una deformación y no a una actitud de batalla...

Continué con las piedras y las apoyé fuerte contra mi pecho. Mis sentimientos de desesperación se hacían cada vez más fuertes y sentí como mis energías se disipaban en una maraña horrible hacia todas direcciones.

El asunto es que avancé y una de las piedras se cayó de mi mano y se dio un golpe leve en un montón de tierra suelta que la acogió generosa como si se tratase de una almohada. Lo curioso es que a pesar de la amortiguación la piedra se partió en dos y pude ver como las mitades caían cada una por su lado.

Fijé la vista en una y la recogí, entonces sentí como todo el torrente de pensamientos oscuros se agotaba. Busqué la otra mitad en vano y tomé la mitad que encontré en mis manos y miré hacia el cielo y pensé: Seas quien seas hiciste esto por algo, ¿Cómo una piedra se va a romper así como así?

Y antes de que mi sentido de la lógica diera una respuesta le tape la boca. Esa piedra la envió alguien que no quería verme sufrir. Esa piedra es parte del todo, y el todo la puso en mi camino para decirme que mantuviera la calma, que el asunto que me aquejaba no es tan terrible y que el amor y la paz lo solucionan todo.

Seguí mi camino tranquilo, sin ese torrente de pensamientos y me conecté de nuevo al Internet, le conté la historia a ese contacto que me dijo que me iba a obligar a ser feliz... y me dijo que hace un día que creía que había algo superior... entonces le pregunté que qué había motivado ese pensamiento, no supo contestarme. Sólo espero que esta pequeña piedrita haya sido otra prueba para esa persona de que nada pasa porque sí; una prueba de que todo y todos tenemos un propósito.

Ahora veo la piedrita y pienso ¿Qué sorpresas me tendrá el destino preparadas para mañana? No lo sé, y es mejor así. Ahora quiero convertir a la piedrita en un collar para que nunca se separe de mi corazón, que quizás fue el causante de extraño y singular fin.

sábado, 21 de febrero de 2009

Un camino nuevo??



Un camino nuevo...
emprendido desde siempre,
innegable, irrevocable...
me siento libre de todos los cargos...
lo único que me resta es simple,
tan simple como ese "Sé Feliz"
que me han regalado dos personas muy especiales...
y tal vez una de esas personas hoy esté en un bosque y me invoque,
que pena no poder ser quien quisiera para hacer feliz a esa persona,
el día que se entere de que no soy capaz de darle felicidad tal vez se vuelva mentira,
y no me hable...
y mientras repaso esta idea,
pienso en la otra persona que me dió este bello consejo,
y esta persona me puede dar felicidad,
y yo le daría todo el amor del mundo...
pero no son más que meras fantasías,
la realidad es fría y pasa la cuenta,
las distancias separan y nada lo puede evitar,
el resto no son más que dulces idealizaciones como la que adoré por dos años...

viernes, 20 de febrero de 2009

Será verdad??

Yo sé que no...

Tú sabes que no...

...


Yo se que si...

no se si tu sabes que si...

en fin...

esto es lo mas estupido en lo q me he involucrado...

no tiene ni pies ni cabeza...

y sin embargo,

no dejo de pensar en ti...

y...

todavia está pendiente la oferta...

todavía puedo regalarte mis ojos??