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domingo, 24 de julio de 2011

De pinnípedos y paseos vocacionales...

Veo a los pinnípedos, en la Encarta. Recuerdo una disertación de quinto básico, y en mi memoria aparece explícitamente la frase que aprendí de memoria para disertar: “Pinnípedo: Ser fusiforme con patas palmeadas y cuerpo a modo de torpedo…”…
De niño quería ser veterinario. Sanar a todos los animales. Que no hubiese más perros vagos, ni tampoco palomas con las alas quebradas. Me gustaba salvar a las hormigas de los charcos, y darles cristiana sepultura a las lombrices empalidecidas por la lluvia. Me gustaba la naturaleza, la lluvia, los pájaros.
Creía en un mundo verde, en el sur de Chile. Con caballos, una cabaña y muchas nubes. Un cielo gris, pero alegre. Ayudar a dar a luz a las vacas, pero no hacer cirugías…quién sabe por qué.
Eso duró hasta no sé cuándo. En octavo quería ser veterinario aún…sin embargo ese sueño se diluyó de improviso… De improviso… ¡Cómo me gustaba improvisar!... El taller de teatro era lo mejor, ¿iba a estudiar teatro? No. Había en mi corazón una pasión mucho más grande. Una pasión por lo oculto que nació de repente. Creía en el aura, en las vidas pasadas, las energías. Creía en que el mundo podría cambiarse con el poder de la fe, con el amor… Y esa era mi motivación: el amor. Quería dar amor a los demás seres del mundo para sacarlos de sus tristezas. Me volví casi filantrópico…hasta que pasó lo del bullying…ahí no sé… el mundo se derrumbó y me sumé a ellos. Me convertí en otro más de mis enemigos…
Luego llegó mi sobrino al mundo. Síndrome de Down, decían que tenía… Un ángel. De verdad. Un ser maravilloso que amé con todo mi corazón. Me decidí a ser terapeuta y trabajar con gente como él. Mi idea era mostrarle al mundo que ellos son tan humanos como nosotros, que tienen derechos, que son un amor y… ¿Qué pasó?
Vino el año decisivo… Amores, desamores, horrores, terremotos y… terminé estudiando psicología. Cuando supuestamente lo mío era el teatro. Igual, entré un poco obligado. Pero de todos modos elegí eso por el legado que me dejó esa filantropía, esas ganas de ayudar al otro, de entregar amor, salir del caos y… no resultaba. El teatro me llamaba, con sus luces de libertad. Salirme del sistema, ser yo mismo…eso significaba el teatro. La posibilidad de darle voz a los sin voz y sentirme pleno cada día…
Confusiones, enredos, decisiones… y terminé estudiando teatro. Con el corazón llenó de agua…así estaba…y de pronto…se evaporó… Toda, toda el agua. Yo creía que me iba a levantar con una sonrisa todos los días…y no fue así. ¿Qué pasa? ¿Por qué me siento desterrado, exiliado? Camino por lugares, calles, divago en los vagones, espero en paraderos donde nadie vendrá. Leo cifras, números, códigos: calculo. No encuentro respuesta…estoy despechado…estoy desilusionado… Toda mi vida han sido puras ilusiones…sobre una cosa y otra… ¿Y ahora? Ahora que se me viene la realidad encima me siento abrasado… tengo miedo… porque adónde quiera que vaya no me siento pleno… ¿Y es que eso existe? ¿No será que ser adulto significa renunciar a tus sueños de joven? El mundo es frío, es capitalista, es material, es serio… No hay espacio para omisiones ni dudas… No hay arte de corazón…Hoy todo es capital, todo es técnica, métrica y producción… Siempre ha sido así y siempre lo será…
Me lanzo por el balcón de mi desierto emocional…Hace mil que no escribía…mis dedos desfilan con gracia de filo de cuchilla… me desangra el alma decir la verdad… Decir que me equivoqué, que los viejos tienen razón. Que al final, de sueños no vive el hombre… que más vale el suelo de sus pies sobre el que sí puede construir...y a partir de ahí, rozar la gracia de los sueños que duermen en lo alto…como las estrellas: inalcanzables… Sólo posibles de contemplar…
…Mejor opto…
Por otro lado, la gente no come teatro…ya me cansé de ser un niño… me cansé de ser un crío que tiene que subirse a un escenario para que lo miren… si al final, era eso…Yo no puedo ser actor, porque no está ahí mi destino…Yo tengo que hacer cosas terrenas, para gente terrena…Después de todo…desde mis mil exilios de infancia siempre he andado en busca de eso…una tierra donde instalarme…una promesa que no sea de aire, y un corazón que no sea de agua…

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