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jueves, 20 de diciembre de 2007

Tinta

Ya me aburrí de rendir honores a dada y publicar sandeces en un blog que tuve que crear para el colegio, este es mío, es el horizonte de mi mente, oriverde, cálida, disfrazada de lucidez, pero inmersa en una de las más incomprensibles locuras, lo cual no conlleva mal alguno, sino un par de ojos distintos para mirar al mundo de colores y sombras...

...Tinta...
¿Qué fue eso?...un aullido sordo, una mezcla de risa y llanto...ahí está otra vez, ese sonido, camino por el pasillo oscuro, sin embargo no veo nada, el sonido se hace cada vez más intenso, me daña los oídos, los cubro con mis manos para escapar de ese horrible grito, el morbo me supera y sigo caminando, veo rejas a través de las que pasan los rayos de luz con cierta timidez. Las celdas están vacías, parece no haber nadie, excepto yo, el guardia y ese sonido infame que sigue acosándome. El guardia, un hombre de hierro sigue su camino, lo sigo, no sé por qué. Siento que el sonido crece y crece, cada vez más, va llenando los espacios vacíos, la luz empezó a decaer y mis pupilas se dilataron, entonces llegamos al final del pasillo, el guardia se detuvo y abrió una puerta de hierro muy pesada, lo que verían mis ojos a continuación no tenía nombre, o tal vez si, murallas de color blanco y un hombre con los ojos hacia dentro, blancos también, el sonido, aquel grito infernal, había cesado ya, el guardia había desaparecido y yo miré hacia atrás...no me encontré más sino con la puerta, estaba atrapado en aquella habitación con aquel hombre desquiciado envuelto en su melancolía. Empecé a extrañar aquel sonido, ese grito, ese aullido, lo busqué con el oído, sin embargo me rendí al encontrar solamente un silencio, casi tan desesperante como el aullido. El hombre seguía sin moverse y yo sin atreverme a hablar. Pasaron las horas, el sol se debilitó y los párpados comenzaron a pesarme, no podía darme el lujo de quedarme dormido, no en lugar como ese, y aunque intenté no caer rendido, fue en vano porque el sueño me venció y cuando desperté vi la puerta de hierro abrirse, era el guardia, venía a buscarme, me condujo a otro lugar, no tan cerrado, era un celda, no era muy amplia, pero era mucho más segura que la anterior con el loco que podía despertar en cualquier momento dando saltos y atacándome a cabezazos ya que sus brazos estaban sujetos por una especie de arnés de cuerdas, tal vez una camisa de fuerza.
Dormí tranquilo, desperté y me volví a dormir, quizás pasaron muchos días de esta forma, puesto que no había nada más que hacer, miré a mi lado y en la celda vecina había un hombre, escribiendo con una vieja pluma de ganso, algo roída, me miró despectivamente y siguió escribiendo, hilaba las palabras con tal facilidad que pude ver montones de hojas escritas por todos lados, algunas sin ningún sentido, el hombre me resultó inofensivo, decidí conversar con él para desafiar la soledad, sin embargo fue peor, no recibí respuesta sino hasta el séptimo día, cuando me dijo “No me molestes que estoy escribiendo”, yo conversaba con él para molestarlo por último, no había más entretención, un día vi que se había quedado dormido sobre su escritorio y había derramado la tinta sobre el mesón, a través de la celda logré arrebatar algunos escritos, tomé el papel y empecé a leer en voz baja:

- Amanda:
He soñado todas las noches contigo, me han encerrado injustamente por matar a un asesino ¿Qué irónico, no? Encarcelado por librar al mundo de un mal, ¿Cuándo podré verte, Amanda? Ya quiero verte para recorrer tu figura ¡Vaca asquerosa! Que por tu culpa me encuentro en esta pocilga, comiendo la mugre que un bastardo guardia me trae, no vales para nada, a veces quiero vomitar, y pienso en ti Amanda, por eso te amo tanto, y no veo la hora de volver a besarte…

No supe que pensar, y es verdad, no pensé, sino que tomé otra carta y la leí:

-Amanda:
Siempre fuiste la más bella de las cortesanas, la más afable, la que tenía el aroma más dulce, la que más me hacía reír, tus caricias eran suaves, tus manos como de gorila, tu rostro era tosco y antiestético, tus dientes expelían un olor putrefacto, muy distinto a tu cuerpo tan dulce, por eso te amé tanto bajo las noches de luna, siempre fuiste la cortesana más linda para mí, sin embargo la más sucia, no soportaba verte abrazada de otros hombres, por lo general vagos, ya que tu nunca atendiste a los señores acaudalados, porque eras realmente fea, y tu voz de gorrión estaba muy descuadrada con tu cuerpo de mamut…te amo con toda mi alma…

Esta carta no era muy distinta a la otra, traté de tomar las cartas siguientes, estaban ordenadas por fecha, sin embargo mis brazos no las alcanzaron, logré tomar con esfuerzo la última carta, la que se cayó cuando derramó la tinta, esta carta tenía la mitad legible y el resto bañado de tinta, la curiosidad me superó, le di la espalada al escritor orate que dormía y me apoyé en la reja, leí con atención:

-Amanda:
Yo lo maté luego de que tu estuviste con él. Por lo que escuché planeaba matarte, al igual que yo, eso me llenó de rabia, pues yo soy el único que tiene derecho a matarte el día que tus curvas desproporcionales no causen el mismo efecto en mí. El hombre llevaba una escopeta, te quería matar porque lo humillaste frente a las otras cortesanas, le dijiste mil vulgaridades propias de ti, tu hablabas con un insulto cada dos palabras, por eso es que me gustaste tanto, yo tomé el cuchillo que llevaba en mi morral, con el que pensaba matarte, y con él le di tres estocadas al maldito y cayó desvanecido, yo empecé a reír, lo había hecho, había matado al maldito vago que te acosaba, mi cerda inmunda, mi damisela. Luego me encarcelaron y empecé a escribir esto, te amo mucho, eres dulzura y amargura, eres ambrosia y ajenjo, eres lobo vestido de cordero, aunque yo siempre supe que eras un lobo por los vellos de tus piernas, eres la repulsión más grande que me ha tocado ver. Por eso te amó hasta enloquecer, y no creas que estoy loco… Todavía estoy encerrado llevo unos meses. Me he levantado para mirar esta carta ¿y sabes que sorpresa horrible me encontré? En la celda del lado estaba un tipo leyendo mi carta, entonces con mis propias manos lo tomé del cuello, él estaba apoyado en la reja, y se había robado mi carta y mis secretos, le apreté el cuello sin piedad, hasta que cayó rendido, muerto, y yo tomé mi carta para seguir escribiendo, lamentablemente se me había acabado la tinta…

Como verán, amigos, esa fue la última carta que leí en aquel extraño lugar, ¿Qué más les puedo contar?, el perverso hombre nunca vio a Amanda, nunca le dirigió siquiera la palabra, Amanda era la cortesana más bella de todas, la que nunca alcanzaría ese loco que la puso en un altar y que estuvo a punto de matarla…
Aquel día fatídico el escritor perverso empezó a escribir una novela interminable con la poca tinta que logró salvar , cuando se le acabó la tinta escribió con sangre, y cuando se le acabó la sangre ya no escribió más…



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que quieres que te diga? Està buenisimo, mandame la direcciòn a mi correo para darlo a conocer a mis amigo, si tù quieres, claro.
Te quiero mucho hermanito
Bonchi

Volantina dijo...

O.O

No creas que te quiero subir el ego, ni más ni menos...pero

Eso fue GENIAL

Un texto rodeado de misterio, con una dulce locura de fondo
Te sales de todos los esquemas con tu descripción de amanda y su fiel amante...
Esta muy bueno, espero seguir leyendo cosas a sí

Que clown más talentoso!

te cuidas
Saludines!

Laura dijo...

profundo...
al leer donde decia
"fui encarcelado injustamente por matar a un asesino" pense ¿que es la justicia? coincide con una serie que estou viendo (xD), en la que un personaje asesina a todos a los que él considera criminales, y otro jura detenerlo por que matar es matar, sin importar a quien.
la vida es un regalo, no, es un prestamo.

el unirerso esta lleno de ilógicas cosas lógicas, contradicciones sin sentido que a la vez son posibles, depende de que tan abierto de mente seas.

hace tiempo escribi algo parecido.
las cosas se transforman. Y vuelven al origen, no son lo que parecen, pero uno al saberlo parecen lo que son, y no son lo qu parecen, es un circulo interminable, a veces uno cree en algo erroneo. hay tres puntos de vista: el de uno, el del otro y el correcto.

jeje
salu2
buen blog, me gustó lo que escribiste
cuidate!
hau!

Arkadia dijo...

Me hiciste reir muchísimo. Aunque percibí ese algo más allá de la gracia, mucho más allá.

El final me encantó: tinta, sangre, muerte-fin.

Abrazo

Anónimo dijo...

HOLA!

me he atrevido a venir a visitarte y dar un visazo por tu blog, alguien me enseño que dentro de la blogosfera aprendes mucho mas de cada uno si te vas al primer post, y me gusta hacerlo asi, porque vale la pena encontrar lo que nunca imaginas.

que girones de la vida, tu historia por momentos tiene unos matizes tan reales que eriza la piel.
si con este post decidiste empezar, lo que hay dentro de el se nota que tiene todo tu empeño y cariño y eso como lector o simple visita se agradece.


me alegra mucho haberte encontrado en este ciber mundo, un abrazo fuerte y gracias por dejarte descubrir.


un abrazo