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miércoles, 29 de junio de 2011

Quedarse con las ganas...

Confieso que he dejado de lado el contar historias ficticias. Esto se ha convertido en una suerte de diario de vida, o de vomitorio. Como sea. El punto es que aquí decidí compartir un escrito. Confieso que mientras escribo estas líneas no tengo idea de qué escribiré. Dejaré que fluya, nada más. Saludos.
...
No lo deja de mirar. Lía está loca por Raúl, por eso fue a la fiesta. En verdad a ella no le gustan esas cosas. Ella es...digamos... una "niña buena", por así decir. Hace poco que empezó a ir a fiestas. Antes se quedaba en casa, viendo películas románticas, que devoraba junto a un gran envase de galletas de chocolate.
Raúl era de esos muchachos que siempre anda metido en problemas, el típico bromista que desafía a todo el mundo. Por eso es que muchas de las chicas andaban atrás de él, y enloquecían con sólo mirarlo, igual que Lía.
Esa noche los muchachos llevaron varias botellas de cerveza, pisco y tequilla. Los papás de Ignacia no estaban, así que había que tirar la casa por la ventana, aprovechándose de su buena fe.
Ignacia era la mejor amiga de Lía, y era tanto o más introvertida que ella. Anduvo toda la noche preocupada de que no rompieran nada. Se arrepentía de haber dejado entrar a esa tropa de energúmenos en su casa. En todo caso, tenía sus dobles intenciones. Porque a pesar de ser la más ñoña del curso, tenía en la mira a Matías, el mejor amigo de Raúl. Había planeado miles de formas de conquistarlo, incluso la más indigna, de esperar a que el joven quedara tirado en el suelo de tanto tomar, y aprovecharse de la situación.
Mucho más inocua, Lía estaba sentada en el sillón, sola. Se arrepentía un poco de haber ido a la fiesta. Y es que el Reggaaetón estaba tan fuerte, y el olor a cigarros era tan potente que se estaba empezando a marear.
De pronto, Romina, una compañera de Lía, se sentó junto a ella. Lía la observó, girando su cabeza con un movimiento que hizo revolotear sus bucles rubios.
Romina era la más bella, según los muchachos, y la más perra, según las muchachas. Saludó a Lía y le ofreció un sorbo de tequilla, ante lo cual la chica se negó.
- Qué pasa, niña? no te gusta celebrar?
Lía no decía nada, sólo miraba a Raúl desde lejos.
- Y a ti? Qué te pasa con ése?
Lía casi se desmaya al darse cuenta de que su admiración por Raúl era más que evidente.
- A mí? Con Raúl? !Pues nada!
Romina dio una carcajada que se pudo escuchar en todo el salón. Quizás porque a esa hora ya estaba muy cocida con el alcohol.
- !Y más encima lo confiesas todo! !Yo pensé que mirabas a Matías! Te gusta mucho?
La cara de Lía estaba seria, incluso algo melancólica. Gesto que se expandió a su voz, cuando contestó.
- Sí... pero él no sabe que existo...
- !Bah! !Pero esta noche lo sabrá! Ven acá...
Y al decir eso, tomó a Lía del brazo y la arrastró hasta la pista de baile, donde Raúl bailaba animado con una pelirroja que no era del colegio.
- !Sal de acá cabeza de cobre! - Gritó Romina empujando a la muchacha, casi tirándola de bruces al suelo.
Raúl quedó consternado. Pero pronto se dibujó una sonrisa en su rostro, al notar el estado en que se encontraba Romina.
- Mira, Raúl - dijo la joven, manteniendo el equilibrio apenas - Lía, está ansiosa por bailar contigo...me dijo que te encontraba un mino muy rico y que sería genial poder bailar un ratito y después tirar po... no sé si te tinca...
Lía quería desaparecer. De esa forma, tal como lo dijo Romina, no era. Ella sentía una admiración de adolescente-niña, que nada tenía que ver con una líbido hiperventilada...
Raúl no dijo nada. Volvió a sonreír y tomó a Lía sin temor alguno. Empezaron a bailar. Lía apenas si seguía el ritmo, su corazón latía de nervios y emoción. No era la mejor forma, pero lo que tanto había querido estaba pasando.
La música seguía sonando, mientras el ambiente se hacía cada vez más tóxico. Más muchachos caían en el suelo mareados de tanto tomar. La pelirroja estaba peleándose con una joven del curso por el último vaso de pisco que iba quedando. Matías fumaba hierba, mientras Ignacia lo miraba con ojos de enamorada...
El ritmo cambió. Ahora sonaba una canción más sexual. Raúl aumentó su cercanía. Atrajo a Lía hacia sí. La contrajo contra su pecho. La joven sintió su perfume. Estaba extasiada. El calor de la noche era insoportable, el sudor se mezclaba con el olor a colonia y marihuana, el delirio era inevitable.
La luz se hizo más tenue, alguien las bajó, para darse más licencias. Raúl empezó a atraer el rostro de Lía hacia el suyo, y entonces pasó: el primer beso de la niña.
No fue precisamente lo más romántico. Aunque ella se sentía en las nubes.
De pronto sonaron unas patrullas. Eran los carabineros, que venían por una queja de los vecinos por ruidos molestos. Todos huyeron. Raúl tomó de la mano a Lía y salieron corriendo del lugar. Terminaron en el patio de unos vecinos, que era enorme y oscuro.
Un gran Sauce los ocultaba del mundo. Raúl volvió a besarla. Esta vez, la muchacha participó más del hecho. El primer beso lo recibió sin reaccionar, ahora se mostraba fiel a su deseo, algo menos niña que de costumbre.
En eso estaban cuando sonó el teléfono de Raúl. Un mensaje repentino los separó...
- Me tengo que ir...nos vemos el lunes...
- Chao...
Lía quedó sola en el patio. Estaba todo oscuro. Sin embargo, las estrellas brillaban con tanta fuerza que podía ver todo. Estaba feliz, se fue saltando hasta su casa, cual niña pequeña que acaba de recibir el mejor regalo de todos.

El lunes, en la escuela, Ignacia quiso estar al tanto de todo.
- !Ya! !Dime! Cómo te fue?
- No te pienso decir nada, Ignacia.
- Ya, y yo te cuento lo que me pasó con el Mati...
- Ya, bueno...
- Estaba en el sillón... no se arrancó de los carabineros, pero no lo vieron... Ya po... y entonces me senté al lado de él y... y...
- Y qué?
- !Le tomé la mano!... Estuvimos así toda la noche... bueno, hasta que despertó...como a las dos de la mañana y con una pelirroja lo sacamos al patio a vomitar...
- Ah... no, a mí... me pasó algo distinto... !Lo mejor que me ha pasado!
- !Ay! !Dime!
- !Me dio un beso! !Fue tan romántico!
- !Oh! !Yo sueño con ese día! !Mi primer beso! Igual...una no se lo puede andar dando a cualquiera...
- Ay no... Y... Y después estábamos debajo de un árbol... y casi le dije que...
- Qué?
- !Que lo quiero!
- !Ah!

Matías y Raúl, por su parte, en el extremo opuesto del colegio, hablaban de lo mismo.
- Si, weón... justo me sonó el teléfono...me cagaron toda la onda... !Estuve a punto!
- Puta, qué mala compadre...
- Sí... me quedé con el condón en la mano...
- !Ah!

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